Volutas pasajeras


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viernes, 15 de enero de 2010

Vagón ocupado

Me senté al lado de un tipo con gafas negras y una chica que se movía al ritmo de sus cascos. Entonces, comencé a jugar a mí juego favorito: Leer mentes.

Aquel tipo llevaba una gabardina que le daba un toque elegante y a la vez le hacía parecer un vagabundo sereno. Sus gafas podían haber ganado un pulso a su cabeza, pues parecía no encajar con el resto de su cuerpo. Tenía una mano metida en el bolsillo desilachado y la otra la hacía servir como peine. Su cabello parecía una enredadera con dirección equivocada. Aún así, le quedaba bien. Pensé que seguramente se trataba de un hombre con poca iniciativa, con un ego importante y un orgullo acrecentado. ¿Andaría muy equivocado? Creo que estaría pensando en algún tema clasificado. En la programación que tendría ese día y que haría la mañana siguiente, si es que tenía planes...

Clavé los ojos en la ventana. Estaba todo oscuro; acabábamos de entrar en la boca de un túnel.



Al salir, me fijé en la chica de los cascos morados. Su ropa parecía tener más complementos que las muñecas. Llevaba muchas orquillas y un pelo liso, planchado y que le hacía parecer un objeto sin mente. Tenía hecha la manicura, con punteados violetas. Sus ojos, se ensanchaban con el maquillaje rosa que le hacía parecer una más en el pastel de la sociedad. Estaba enfrascada en su música, que parecía que iba a romper sus tímpanos. Seguramente se trataba de una persona totalmente banal que se dejaba guiar por la corriente de moda y andaba ganándose a los chicos del patio con la palma de la mano. Debería estar pensando en el nueve peinado que se haría y las excusas que poner para salir el próximo fin de semana.

Me reí. No debería juzgar a la gente así, yo mismo digo que está mal hecho... pero, ¿A caso sus ojos no relucen con la misma malicia cuándo me hacen un escáner de arriba a abajo? Todo podría indicar que fueran las mejores personas que podría conocer, pero, dada mi entendencia poco revalorada, no creo que mis dardos fallaran con tanta poca precisión.

Bajé del vagón, aburrido de ocupar un sitio que no me correspondía.




Las carreteras inertes son el mejor paso para un buen temerario. ¿Te atreves a cambiar de raíl?

Yu. Tejido de la conformidad #1.1

5 comentarios:

  1. Me encanta intentar averiguar como es cada persona en el Metro. Suelo coger un libro, y fingir que leo, me pongo mis cascos, y miro por encima del libro. Observo a la gente, y la califico. Todo lo que pienso, lo hago intentando que sea sin mala intencion. Son como son, no voy a juzgar por lo poco que se... Seria demasiado hippocrita por mi parte

    Creo que nadie deberia

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  2. Me encanta hacer eso cuando voy en el metro... :); pero no lo hago en plan mal, simplemente me pregunto: ¿que podria estar pensando en ese instante? ¿A donde irá? ¿le esperara alguien en la estacion? ^^

    Abrazos franceses!!

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  3. Si, me pasa lo mismo.
    Miro a quienes me rodean en donde estoy y muchas veces me cuelgo pensando en ellos. Simplemente imaginando, como sera su vida, que haran, hacia donde iran...que pensaran...
    Por lo que veo no soy la única, y bien puedo ser tambien yo, objeto de los pensamientos de alguien mas que se cruce en mi camino y decida "escanearme".

    Me encanto.
    Escribis muy bien.

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  4. Intentar saber lo que piensan...me encanta :)

    Me ha gustado mucho tu blog, te sigo

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  5. Vine solo a decirte que el tema de fondo de tu blog es realmente HERMOSO.
    Me gusto desde el primer dia que entre a tu espacio pero no te lo habia dicho.
    Es algo que no puedo dejar de escucharlo, es mas, ya me estoy bajando todo lo que encuentre de ellos porque me encanto realmente.

    Solo eso que ria decirte...


    Besos!

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