Volutas pasajeras


Get your own Digital Clock

jueves, 29 de julio de 2010

Un mito moderno


"Lo que sucedió entonces, ahora, ya no es más que un pensamiento.
Un último error antes de morir, comprar una verdad y vender una mentira.
No olvides de respirar esta noche, por que el secreto está fuera."

Me pasa cada vez menos, es una sensación bastante indescriptible. No tiene ni pies ni cabeza, ahí está, no es amor, no es odio, no es ilusión, ni esperanza, ni venganza ni melancolía. No tiene nombre, ni siquiera eso que llaman nirvana. Es una paranoia enorme que da vueltas y vueltas en la cabeza haciéndote sentir bien con el resto del mundo. No es que esté eufórico, o esté hecho polvo, es de esos días que te dan algo y que hacen que tu aportes algo a los demás. Esos días que descubres que algo es diferente a ayer, esos días que entiendes que por minúsculo que sea la vida puede lograr dar vueltas, paulatinamente, pero avanza. De maneras diferentes, direcciones a veces erroneas, a veces muy acertadas, pero avanza.
Meto la mano en el fuego de que mañana ya se habrá extinguido esta sensación, pero por ahora, por hoy, quiero sentirla, quiero sentir este resquicio de paz, de barrera protectora, de cosa.

Hoy puedo decir que tengo un día especial. Un día diferente. Un día, no como los demás, un día verdadero. No creo que pueda olvidar mi viaje en tren con esa señora desconocida (ya no), ni ese granizado a medio empezar, ni ese CD olvidado, tampoco esa comida que llenaba tanto y tanto, ni esos acordes de piano. Menos voy a olvidar esas palabras escritas en tinta dónde yo he desenvuelto algo más que lo que había dentro. Y lluvia, siempre ahí donde voy yo.

Tampoco voy a olvidar la conversación que he tenido con mi abuela, esas grandes conversaciones que pocas veces se tienen. Creo que mi abuela se merece que la adoren como un Dios, y cuanta rabia me da que la ignoren y que la tachen de vieja cuando mi abuela lo controla todo, lo ve todo y hace lo que le da la gana. Gracias abuela por brindarme tu confianza, y gracias el día que acudí a ti.

Otras conversaciones banales que necesitaba, conversaciones con la familia que por más tontas que parezcan, por más cutres y estúpidas que resulten devuelven la vida.

Y esas palabras, que al fin, con algo de calma, hemos podido regalar mi madre y yo. Algo que al fin, con tanta distancia aún pendiente y tanta distancia que va a ser imposible de reducir, podemos estar de acuerdo con que la persona que está destrozando todo esto no es, por lo menos, ninguno de los dos.

Y faltaría menos, que para rematar el día acabase con una canción en la mano que hace mucho tiempo hizo que mis lágrimas se meciesen en la oscuridad, una canción que tanto ha significado conmigo y que hoy, por fin, puedo tener en mis oídos en su versión original.

Veis, ya se me está escapando, ya se está volatilizando, ya tiene ganas de huir.
Pues lo siento, pero este día lo conservaré como un mito moderno, y ese recuerdo no se va a perder.



Yu. Tejido reconstruido#1.2

miércoles, 28 de julio de 2010

Dibujos que rompen


"Dime si esto es real.
Una y otra vez se va,
es una esperanza vacante.
Camino por campos de fuego.
Vivo en un día enterrado."


Lo acabó difuminando con los dedos. Esparció un poco de negro por el cabello y algo de tiza verde por la sudadera. En frente de su desordenada mesa, al margen de los lápices, de las acuarelas y el montón de hojas arrugadas, se encontraba sonriéndole en una muesca de papel. Lo resiguió varias veces con la palma de su mano y se llevó el dibujo al pecho. Oprimiéndolo con fuerza, contuvo las ganas de romperlo y romperse a si misma. El folio cayó a sus pies surcado de pliegues.

No levantó la cabeza en ningún momento. Siguió despeñándose en sus pensamientos y se olvidó de llorar. Cuando quiso darse cuenta ya había vuelto a retomar el carboncillo, sombreando una nueva figura en la página arrebujada. Deliniaba una nueva cara, un rostro conocido, unas manos que ardían por tocar, unos labios que morían por besar. Era un autoretrato barato.

Al otro lado del papel estaba él, con sus grandes ojos y esa barbilla que raspaba cuando se acercaba más de lo previsto. Y en su lado, se encontraba esa barrera sobreprotectora, esa mirada que vigilaba hasta el infinito, ese espacio en blanco que siempre se encontraba de por medio y nunca podía derrocar.

Incluso en el dibujo, cuando intentaba darle la mano, ese silencio se encontraba ahí. Parecía que hubiesen creado a propósito un pequeño mundo de separación para los dos.

Partió el grafito enfadada y lanzó por los aires todo el galimatías que tenía allí montado. A penas quedó el dibujo encima de la mesilla, con esa sonrisa pilla y esos ojos de falsa esperanza. Ella no se atrevió más que a hacer una bola de papel y gritar que, a veces, odiaba dibujar.



Yu. Tejido de la creatividad #1.4

martes, 27 de julio de 2010

El color del cielo


"Aun cuando las nubes son blancas,
a veces quieren volverse negras.
Quería quedarme hasta el amanecer,
como cuando era un niño.
Ahora siendo perseguido por el tiempo,
ya ni siquiera tengo suficiente sueño."

Siendo él tan azul, no entiendo por que insiste en mostrarse tan oscuro.
Todas esas formas esponjosas que navegan allí arriba se diluyen.
Aun con el sol regiendo al amanecer los colores huyen.
Aun con la luna imperando en las tinieblas todo se apaga.
Ni siquiera el suelo da una tregua; ya no hay donde caer.
Ya no esclarece ni en los días de verano.
Es una batalla de colosos azules.

¿De qué color ves el cielo?
Del color de mis sentimientos.
¿De qué color es tú cielo?
Del color de un despertar que preferiría quedarse a soñar.




Yu. Tejido después de que se esconda el sol #1.2

miércoles, 21 de julio de 2010

Locura

"No estoy tratando de desaparecer.
Pero es verdad, tengo que aprender a manejar las calles.
Son las cuatro de la mañana y me siento muy solo.
Ni una sola llamada.
Estoy aquí, en la medida de lo posible.
Como se puede ver, se trata de sentimientos encontrados.
Sentimientos que estoy empezando a odiar."

Me estoy volviendo loco.
Y no, no veo nada claro.


Yu. Tejido desquiciado #1.3

lunes, 19 de julio de 2010

Adiós



"Es inevitable nuestra separación, y este no es momento para entender.
Solo hay que aceptarlo, pues lejos estamos mejor."


Debería respirar mi aire. Mi propio aire, y no el aire de un recuerdo.
Aunque no soporte esta soledad, aunque me quede helado, aunque llueva siempre en mi cabeza, es momento de olvidar.
Y es que el tiempo pasa y yo me quedo atrapado en él. Me anuda con los días y me aprieta con los meses. Cuanto añoro no llorar.
Serán los primeros instantes, esos latidos mal acelerados, esas manos aterridas, esas risas encerradas en el pasado. Me quedaré con eso.
Prometo que no borraré todas esas huellas desordenadas, cada paso que dimos me acabó por convertir en quién soy. Y aunque ahora todo esté perdido siempre sonreiré por ti.
No sé si aun me recordaras, espero que sí, y que hagas como yo, recolectar lo bueno y difuminar lo que no estuvo tan bien.
Espero que algún día lo entiendas, porque todo esto terminó, fue porque no pude hacer realidad tu sueño, porque no fui capaz de ser más que una mera sombra mal trazada.
Entiéndeme, todo estaba demasiado oscuro, todo me engullía y no sabía quién ser. Me di cuenta mucho más tarde, de que la vida era menos complicada si no pensabas y actuabas según tu razón.
Pero se acabó, y debo darte las gracias por todo lo que fue, lo que ha sido y lo mucho que llenaste el corazón. Gracias por regalarme una parte de mi vida, gracias por ser un pequeño ángel terrenal.

Y aunque te extrañe, todo aquel cariño aún lo tengo guardado en mi piel.



Yu. Tejido reconstruido #1.1

domingo, 18 de julio de 2010

Basta de luces


"Nunca he sentido miedo, nunca me ha tumbado el viento,
excepto por la soledad.
Y temo que se acerce el momento de gritarte una palabra más."


Basta de luces.

Todo se apaga paulatinamente.
El sol sigue escondiéndose tras esa gran montaña.
La gente vuelve con prisa a sus casas.
El cielo enseña sus últimos colores vivos.
Las farolas lamentan encenderse estando solas.
Y yo, esperando no causarte ningún mal.

Todo echa chispas.
Las persianas bajan con apremio.
Las tiendas cierran.
Los bares abren.
Los flashes iluminan la carretera.
Y yo, alcanzando la soledad.

Todo da vueltas.
Los coches aumentan la marcha.
Los trenes pasan a toda velocidad.
Los graznidos resuenan en los viejos oídos.
Los bancos ganan colillas y basura.
Y yo, despidiendo fuerzas.

Siempre habrá un faro en esta oscuridad.



Yu. Tejido abandonado #1.0

sábado, 17 de julio de 2010

30 segundos

"No quiero volar para volverme a caer.
No quiero morir, quiero luchar, sobrevivir a ti.
No tengo alma, ni siquiera tengo un porqué. "


30 - Miré el reloj
29 - La aguja se movió
28 - Cerré los ojos
27 - Los volví a abrir
26 - Dejé la mano muerta en la fuente
25 - Sentí como el agua fluía en mí
24 - Suspiré
23 - Cerré el puño
22 - El agua se desbordaba por los nudillos
21 - Lo vi correr
20 - Las palomas comenzaron a volar, asustadas
19 - Me quedé mirándolo
18 - Se paró
17 - ¿Iba a hablar?
16 - No sabía si quería escuchar
15/14 - Lo siento, yo... no quería
13 - Me quedé impasible
12 - Nadie reaccionó
11 - Los niños gritaban
10 - ¿Volvería a hablar?
9 - Mil voces, no sabía si él también estaba hablando
8/7/6 - No tengo excusa, ni perdón, sé que no voy a escuchar ninguna palabra de tu boca, sólo déjame a mí
5 - Me ataría de nuevo
4 - Lo estaba haciendo, otra vez
3 - Se aproximó, me iba a besar, esos labios carnosos, donde había soñado un mundo
2 - Un roce, una pequeña fisura
1 - Bofetón
0 - Tú ya no eres mi porqué
- 1 - Se fue el sol


Yu. Tejido después de que se esconda el sol #1.1

jueves, 15 de julio de 2010

Hay un monstruo en mi cabeza


"Yo soy el monstruo de tu cabeza.
Y yo que pensaba que había aprendido.
Parece que todavía no.
Yo soy el veneno de tu piel.
Y ahora todo se rompe.
Todo llega cuando las luces se van."

Me pasa, que un día, aun con las cosas estando de la misma forma, lo veo todo de manera diferente. Es como una especie de distorsión.
Ayer, por ejemplo, me levanté con la cabeza en su sitio, bien amueblada y con ganas de patear la vida. Hoy, en vez de querer pisar fuerte, tengo una sensación como de vacío.

Y todo se basa a recuerdos y pensamientos que siguen centrifugándose.

Me he parado a pensar si vale la pena lanzarse sin saber que hay al otro lado. Tengo días así. Es una pequeña dosis de adrenalina que me la inyectan estando dormido, a ritmo respiratorio. Puede que no salga bien lo que tengo en mente, pero quizás es lo único que me salve de este mal sabor de boca. Tengo unas ganas irremediables de escupir.


Hay miedo oprimiéndome la salida. A veces sí, a veces no. Ya os lo he dicho, es una percepción que viene y va, me es imposible controlarla.
Seguramente mañana tenga ganas de comerme el techo cuando abra los ojos. Todo se fundamenta en esas emociones que circulan por carreteras vedadas. Y es que esas emociones matan.

Me guste o no, hoy tengo ese cabreo confuso que hace que me entren ganas de arrugar bien fuerte todo lo que toque. Todavía sospecho que hay un diminuto monstruo en mi cabeza que me va suministrando pequeñas cantidades de veneno a cada paso que doy.

No debería permitírselo.


Yu. Tejido imperceptible #1.2

Retazos del ayer

Retazos del ayer