
Así, transcurre la noche en la que nadie puede dormir. ¿Qué habrá mañana?
Alguien besará de alegría a la persona que quiere, pues habrán valido los años labrando aquel piso. ¡Otro no podrá parar de secarse las lágrimas, pues los reyes han venido y le han traído aquel jugete tan deseado! Uno se quedará dormido, pues ya no espera nada. Muchos gritaran de euforia, saldrán de sus casas y disfrutarán. Quizá, la cara más oculta, gozará con un mordisco de pan y bendecirá al cielo por otro día como aquel. Allí, en el puente de nuestro pueblo, en las rendijas de la oscura noche, alguien cantará al fuego, saciando sus penas y contándole sus más gloriosos días.
Somos muchos. Somos pocos. Pero la magia, esa palabra tan extravagante que olvidamos por obviedades, toca a la puerta esta noche. La puerta que descuidamos, con aquel paño forzado por el escepticismo.
No olvidéis de mirar a las estrellas, pues esta noche desfilan a través del vestíbulo.
La magia está en la receta: una sonrisa y mucha voluntad.
Yu. Tejido evanescente #1.0
Y aún a los que hace tiempo que descubrimos la verdad sobre los reyes nos queda un pequeño cosquilleo. Un saludo y un canto de ballena =)
ResponderEliminarQue BUEN texto!! ^^
ResponderEliminarGracias por el coment en mi blog (K)
Un saludo Francès