Entró en la cocina, con un delantal que le llegaba hasta las pantorrillas y de un violeta chillón. Se colocó las gafas y se puso manos a la obra. Cogió el moldeador y vertió toda la masa del pastel. Probó un poco con el dedo pulgar y se lo relamió un par de veces -estaba riquísimo-.
Cuando lo tuvo todo listo, le urgió coger un cuchillo y partirlo en diversas fracciones. Cuando el bizcocho rozó su lengua, atisbó un pequeño papel que asomaba entre las páginas amarillentas del libro de cocina. Dejó el apetito a un lado y se centró en la receta.
Tarta para una vida con colorante:
1. No dudes de lo que eres ni de lo que sientes 100 Kilos
2. Disfruta cada instante como si fuera el último (más de una docena)
3. Miente si hace falta; la vida no está hecha para ser regalada 3/4
4. Sonríe siempre que puedas (batirlo dos veces)
5. Siéntete único y prepárate para serlo -4 huevos-
6. Guíate por tus ideales y sólo quédate con los consejos de quien te aprecia (licuarlo)
7. Sopla por si quema
Clavó el cuchillo en el pastel y exhibió una grata sonrisa con sabor a miel y sal.
Yu. Tejido de la creatividad #1.3
martes, 16 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Esa tarta se me quemó.
ResponderEliminarTA copie la receta tocara practicar para sacarla a la perfección
ResponderEliminargrandiosa receta! :)
ResponderEliminarbesos
Me parece que me voy a poner las botas esta tarde ;)
ResponderEliminarPero brindaré por el que ideó la receta!
Un saludo para el chef ^^
Ni se de que manera o con que palabras describirte lo mucho que me gusto el texto.
ResponderEliminarLa ternura de la foto acompaña perfectamente tus palabras.
Me encanto!
Ojala hubiera una receta...
Besos!
Jajaja, gran receta, si señooor! :D
ResponderEliminarEspero que me salga una rica tartaaaa ^^
Un besoo
Increible forma de expresarlo... en serio
ResponderEliminarlo adore
ResponderEliminar