No nos damos cuenta. Desgarramos, sin saberlo, con pequeños detalles que hacen arder. Puntualizaciones tan insignificantes que no nos afectan a nosotros, pero deterioran a un segundo. Un motor en ralentí.
Una cadena extensa que se entrelaza con éste y el siguiente. Una mecha que desde hace tiempo ha comenzado a consumirse, y poco a poco, se va agotando. Cosas ingenuas que pasamos por alto, cosas en las que no reparamos y deberíamos fijarnos con lupa.
Necedades que pasan a convertirse en un problema más grave que el de una reacción de risas ajenas. Pormenores, que rivalizan con nosotros. Tatuajes que se nos quedan grabados a flor de piel. Una bola de nieve que coje velocidad y nos aplasta.
Pequeños detalles sin importancia que esconden una repercusión más allá que la de una herida sin gasa.
Cuidado, mucho cuidado con tus actos.
Yu. Tejido que para algunos es desconocido #1.2
martes, 23 de febrero de 2010
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Y que razón tienes... Me gusta la ultima frase :)
ResponderEliminarbesos desde Francia
Gracias y tenes razón hay que tener cuidado con los pequeños detalles xq se acumulan..y buun explotan
ResponderEliminarBeos para ti
Como siempre, divino :)
ResponderEliminarTe admiro por tu facilidad con las palabras.
Besos
Sí, pequeños detalles que se clavan como filos de una navaja. Que desgarran, aunque en realidad estén vacíos. Que nadie los nota, excepto uno mismo. Es duro. Un abrazo.
ResponderEliminarLos pequeños detalles son los que realmente importan ^^
ResponderEliminarGRAN entrada!
Beso de Musa
(y garabato de escritora)