Nuestro cuerpo engendra restos. Generamos mierda y putrefacción, producimos despojos inceserarios y sentimientos cochambrosos. Un remolino mugriento que nunca reciclamos.
La lista de los residuos es como un lastre etéreo. No somos capaces de arrojar la bolsa de basura al contenedor apropiado. Nos quedamos mirando el color de la bolsa y lo clasificamos en nuestra estantería esperando que alguien la precipite al depósito de los malos tragos.
Ocasionamos tantos vestigios que no nos damos cuenta de lo que verdaderamente ocupa ese saco de las pesadillas. Cuando intentamos enlazarlo, éste se aglomera en docenas y nos expulsa de nuestra propia habitación.
Es tan fácil como rajar por la parte de abajo y destituir el contenido por un puñado de sonrisas talantes.
Rómpela.
Yu. Tejido de la creatividad #1.2
miércoles, 10 de febrero de 2010
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GRAN entrada!!!
ResponderEliminarbesos franceses
Buena comparacion.
ResponderEliminarMagnifico, como siempre. Ademas la canción siempre parece apropiada para tus entradas! ejje
UN BESO!
Enséñame a romperla...O mejor enséñame a escribir
ResponderEliminarBasura...
ResponderEliminarTantas cosas para decir, pero vos las supiste expresar muy bien.
Gran texto!
Besos!
Atreverse a romper la bolsa puede ser muy difícil, aunque sea lo mejor para nosotros... Y es que tenemos miedo de que entre tanta basura haya quedado algo bonito que guardar.
ResponderEliminarUn abrazo
Ojalá yo pudiera romper la bolsa.
ResponderEliminarPero a veces es tan grande que, por mucho que lo intentas, no lo logras.
Gran entrada, preciosa metáfora.
¡Saludos!
Gran texto!
ResponderEliminarrealmente sin palabras!!
Besos :)