El viento me lleva. Me transporta al infinito, a un espacio abierto, sin entrada ni salida. Es una zona deshabitada, calmada y fría. Es un invierno camuflado en el silencio. Un mutismo mal disimulado.
No presto atención a mi alrededor. Todo es gris, como al principio; y mi mente está perdida. Noto una fina capa de arena adherida en mis pies. Los sacudo fuertemente, pero se queda pegada. Avanzo con pequeños pinchazos que me duelen al caminar, pero sigo recorriendo una senda sin destino.
La brisa lame los mechones que se enzarzan a contracorriente.
No llego a ninguna parte, parece que esté marchando en círculos cerrados. Me paro, analizando la situación, acordándome de todos los momentos vividos, atesorando los pocos recuerdos que me hacían sonreír sin ningún motivo. Y ahí están, esperando a que lleguen más.
Abajo, abajo... venga, arriba
Yu. Tejido que para algunos es desconocido #1.3
miércoles, 10 de marzo de 2010
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yo vuelo en circulos cerrados..
ResponderEliminarcreo conocer esa sensación, quizás por eso me guste el tanto texto :)
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