jueves, 26 de agosto de 2010
Pesadilla
"Tiendo a tomarme una copa de más antes de pensar.
Sí, sigámos así, igual de obstinados.
Como me gustaría que me refrigeraran, a mí y a mi bebida.
Me siento torpe, pero es como debe de ser."
Preciosa pretenciosa. Eres una grosera ficción. Una tasa fuera de mis periferias. Un borrón en el cielo plomizo. Un recorte de impertinencia. No sé que hago soñándote, cuando nunca he logrado alcanzarte. Debo de ser un devoto de las imposibilidades. Un adicto a la utopía. Si me preguntan: necio de profesión.
Clavemos dentelladas abismales. Aquí, allá, en mi cuello, justo por debajo de tu cintura avispada, detrás de ese lóbulo perfecto o podemos comernos a mordisquitos el corazón. Sensualidad depravada, sin lencería y desnuda de pensamientos. Carnalidad lobuna. Tú.
Tú concentras los mil demonios en tu lujuria derrochante de anhelos. Maldita fogosidad ardiente. No eres más que una vehemencia despotricada. Una pasión febril.
Fuego extinto. Fantasma. Mera ilusión. Espíritu errante. Espectro agonizante. Duende macabro y vil. Visión fatal. Imagen infecta. Elucubración siniestrada. Fachada rengueante que no tiene por donde sujetarse. Pérfida representación.
Todos necesitamos despertar.
Yu. Tejido vehemente, deseado y desquiciado.
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